Comenta lo que te parece cada capitulo en Twitter, sólo tienes que poner #losochoguardianes y dejar tu comentario. ¡Lo esperamos!

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Capitulo 16: Último intento (Erica) Fin

Sólo quedaban dos días para terminar el curso y yo andaba atacada de los nervios. No era sólo porque en pocas horas nos daban las notas definitivas del curso, si no, por algo más.
Llevaba días sin dejar de pensar en Jorge, sobre todo desde lo sucedido hacia una semana. Mis pensamientos hacía él habían aumentado desde el día de la batalla. El verlo herido me hizo ver lo que realmente sentía por Jorge. Quería decirle lo que sentía, pero no me atrevía.
Le había contado mis intenciones a mi hermana, a Ania y a Lyra esa misma mañana durante un paseo que estábamos dando.
-Lo decidida que eres para algunas cosas y lo indecisa que eres para otras, Erica- me decía Lyra mientas se sentaba en las escaleras que subían hacia Agua.
-Lyra tiene razón, si no lo haces, quizás pierdas la oportunidad- dijo Carlota.
-Ya, pero... ¡No creía que esto iba a ser tan difícil!- exclamé sujetándome la cabeza con las manos.
-¿Y por qué no has intentado averiguar si él siente algo por ti?- preguntó Ania sentándose junto a Lyra.
-Si lo he hecho, pero no sé por qué no puedo saber lo que piensa de mí, aunque si puedo saber lo que piensa de los demás.
-Pues entonces, hazme caso y díselo- dijo mi hermana.
-Pero, ¿y si me da calabazas?- le pregunté a ella.
-El no ya lo tienes, pero por lo menos inténtalo- me contestó Lyra cogiéndome de las manos.
-No tienes nado por perder, quizá él te diga que sí- dijo Ania animándome.
Sonreí, miré a las tres y dije:
-Lo voy a hacer, pero como me de calabazas, os mato, ¿entendido?
-¡Entendido!- dijeron las tres y me abrazaron.
Por nuestro lado, pasaron unos chicos del departamento Aire, nos miraron y dijeron:
-¡Novatas!
Las cuatro les sacamos la lengua y nos echamos a reír. Después, nos fuimos a nuestros departamentos.
Mientras Ania, Carlota y yo, nos dirigíamos a Agua, yo no dejaba de pensar en decirle o no lo que sentía a Jorge. No estaba muy convencida del todo. Me acordé que, en una ocasión, mi hermana y Ania dijeron que, lo más probable, sería que terminásemos con nuestros compañeros guardianes. No pude reprimir una sonrisa al imaginarme toda la vida con Jorge.
-Erica, ¿te pasa algo?- me preguntó mi hermana gemela tocándome el hombro.
-¿Eh?- sacudí la cabeza. Me di cuenta que me había sentado en uno de los sofás que estaban repartidos por el salón.
-Te has sentado en un sofá alejado de nosotros y pensé que te pasaba algo.
Miré a mi alrededor y, efectivamente, estaba alejada de mis amigos. No me había dado ni cuenta que Carlota se había acercado a mí.
-No me había dado cuenta- volví a mirar donde estaban sentados los demás.
Ania, Carlos, Pablo y Héctor lo habían hecho en un sofá y Jorge, estaba sentado sobre el brazo de un sillón cercano a ellos.
-Pensé que tenía algo que ver con Jorge- dijo Carlota bajando la voz.
-Para nada, simplemente estaba pensando y no me he dado cuenta que me había sentado aquí- dicho esto, me levanté y me dirigí hacía mis amigos, sentándome en el sillón donde estaba Jorge.
Miré a Ania y a Carlota, que sonrieron.
-Jorge, ¿puedo hablar contigo?
-Claro, yo también quería hacerlo.
-¡Ah!, bien, bien- aquello me cogió por sorpresa.
-Chicos, nos vamos. Esto se va a poner más caliente que Lyra cabreada- dijo Héctor.
-¡Muy gracioso!- exclamé en el momento en el que todos se levantaban.
Y nos dejaron solos.
Jorge se levantó y se sentó en el sofá que, minutos antes, habían dejado nuestros amigos. Hizo un gesto para que me sentara a su lado. Le hice caso. No tenía ni la más mínima idea de por donde empezar, así que me quedé callada, esperando a que Jorge hablase.
-¿Qué querías decirme?- preguntó el chico.
-Eh... esto... ¿por qué no empiezas tú?- dije algo nerviosa.
-¿Yo?. Vale, está bien- Jorge también parecía indeciso, pero ¿por qué?
Me quedé mirándolo. Estuvo unos minutos callado antes de volver a hablar.
-Verás, yo te quería decir qué... no sé como decirlo...
-¿Decirme el qué?
-La primera vez que te vi, sentí algo raro. Una extraña sensación que, en estos últimos meses, se ha incrementado.
-No te entiendo, Jorge.
-Cuando estas cerca de mí, me pondo algo nervioso. Creo que... creo que me gustas, Erica.
Aquello si que me pilló por sorpresa. No me esperaba que me dijese esto.
¿O tal vez, si?
Respiré hondo y le contesté:
-A mí me pasa lo mismo.
Jorge levantó la mirada hacía mí. Me miraba bastante confundido. Era como si no entendiese nada.
-Deja que te explique.- dije.
Él asintió.
-En una ocasión, Ania y Carlota me dijeron que nuestro destino quizás sería terminar con nuestros compañeros guardianes: Héctor y Lyra, Pablo y Ania, Carlos y Carlota, tú y yo... El ejemplo está en los anteriores guardianes.
-Entonces, ¿lo que sentimos es debido a la magia?
-En parte, puede ser.
-¡Qué cosas más raras!- dijo y miró a su brazalete con el dibujo de su emblema.

A la hora de la cena, Ania no dejó de mirarme. Si no la conociera y no conociera los poderes que tenía, juraría que estaba leyéndome el pensamiento.
Carlota, sentada entre Carlos y Héctor, hablaba animadamente entre ellos y, Pablo y Jorge, hacían lo mismo.
-¿Quieres dejar de mirarme?. Me pones nerviosa.
-Es que no me creo lo que ha pasado entre Jorge y tú.
-Lo dices como si hubiera pasado algo más entre él y yo. Y la verdad, es que no ha sucedido nada entre los dos. Sólo hemos hablado.
-Si, pero él ya sabe lo que tú sientes por él.
Bajé el tono de voz para decirle:
-A ver si tú haces lo mismo con ese chico tan mono que está hablando con Jorge. Porque me he enterado que hay una de segundo detrás de él...
Mi amiga, me miró como si me quisiera matar.
-Es una broma, Ania. No te pongas así...
-Erica, Ania, me voy al dormitorios, ¿venís?- preguntó Carlota.
Me levanté de la silla antes de que Ania hiciera realidad lo que estaba pensando. Le dirigí una última mirada a Jorge, quien sonrió , y me despedí de mis otros amigos.
-Buenas noches, chicos.
-Buenas noches- dijeron Pablo y Héctor.
-Que descanséis- dijo Jorge.
-Buenas noches, Erica- dijo Carlos.
Hice un gesto con la mano a modo de despedida y me marché del comedor de mi departamento.
Cuando llegué a mi dormitorio, Ania y mi hermana estaban acostadas. Mi amiga me arrojó un cojín, que dio de lleno en mi cabeza.
-¡Ay!
-Eso te pasa por decir alguna que otra tontería y agradece que no te hechice.
-Chicas, tranquilizaos.
-Ha sido tu amiga- dije haciéndome un poco la victima.
Ania me miró de reojo y cambió de tema.
-Vaya primer año que hemos tenido, ¿verdad?
-Pues sí, jamás pensé que mi primer año sería así. Creo que lo único bueno a sido conoceros a vosotros y a ver ganado la copa de voleibol.- contestó Carlota.
-Ha sido de todo menos tranquilo. A lo mejor, los cuatro que nos quedan, serán más tranquilos.- dije acostándome.
-No creo. Siendo nosotros los nuevos guardianes, no serán muy tranquilos- dijo Ania.
-Pues lo solucionaremos, como este año-añadió Carlota.
-Lo único que espero es que no haya otra misión como esta primera- dije.
Mi hermana y mi amiga miraron dándome la razón.
Aunque Carlota tenía razón, lo solucionaríamos. Habíamos acabado con Anabella y había sido duro, muy duro.
Pero, actuando juntos, podíamos con todo.
Nuestras vidas habían cambiado bastante en los últimos meses. Habíamos hecho amistades, descubierto poderes..., pero jamás imaginábamos que seríamos los nuevos guardianes.
Nos habían dado un cargo muy importante y debíamos afrontar todo lo que venía de camino.
Mientras me quedaba dormida, algo me decía que, mientras durara nuestra estancia en Link, no iba a ver un curso tranquilo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario