Comenta lo que te parece cada capitulo en Twitter, sólo tienes que poner #losochoguardianes y dejar tu comentario. ¡Lo esperamos!

viernes, 9 de diciembre de 2011

Capitulo 12: Las ninfas necesitan nuestra ayuda (Erica)

Las vacaciones de navidad estaban llegando a su fin.
Ania, Pablo y Lyra llegaron el último día de vacaciones. Y nada más llegar, puse al corriente de todo lo sucedido entre Carlota y Carlos, a Ania y Lyra.
-¡No me puedo creer lo que me estás diciendo!- dijo Lyra una vez que hubo soltado su equipaje en su departamento.
-Como os lo cuento. Tenéis que ver la cara de felicidad que tiene mi hermana desde entonces.
-Si yo hubiese sabido que esto iba a suceder, no me había ido- dijo Ania emocionada.
Las tres reímos.
Nos encontrábamos en nuestro patio favorito, era donde nos reunimos los ocho por primera vez y donde probamos nuestros poderes.
-Es increíble. Ahora, a parte de ser pareja como guardianes, lo son en la vida real.- dije.
-Todavía no me lo creo. Sabíamos que se gustaban, pero no que sucediere esto- dijo Ania haciendo gestos con las manos.
Lyra y yo asentimos. En ese momento llegaron Carlos, Héctor y Pablo.
-¡Ey, Carlos!. ¿Dónde está mi hermana?.
Él se limitó a encogerse de hombros y se sentó, junto a los otros dos. Nosotras nos levantamos y fuimos en busca de mi gemela. La encontramos en la sala de los espejos comunicantes, hablando con una amiga de la infancia.
-Clara, te tengo que dejar. Han llegado mis otras amigas y las quiero saludar. Hablamos otro día, ¿vale?
-Claro, hasta otro día. ¡Adiós!- dijo la chica y su imagen se desvaneció.
-¡Hola!, ¿ya estáis aquí?. ¡Qué alegría!- exclamó Carlota dándole besos a nuestras dos amigas.
-¿Qué te dije?- le susurré a Ania mientras mi hermana saludaba, por segunda vez, a Lyra- Está como una cabra.
Ania dejó escapar una risita. Carlota me miró.
Después, las cuatro amigas, nos dirigimos a Agua. Allí nos encontramos con los chicos. Carlota y Pablo, se saludaron.

A la hora de la cena, el director soltó un pequeño discurso:
-Ya que estáis aquí de vuelta todos, os puedo soltar otro discurso- miró a los otros profesores, que soltaron unas risitas- Veamos... esto... ¡Ah, sí!. En este trimestre, aprenderéis la mayoría de las cosas más importantes del curso, así que, os recomiendo que utilicéis bastante bien vuestros cerebros. Ahora, comed para que recogías todo lo bueno y desarrolléis vuestra inteligencia que sé que muchos la tenéis muy grande.
Todos los alumnos y profesores, reímos y aplaudimos. Acto seguido, hicimos caso al director y empezamos a comer.
-Hay que ver como te ha cambiado la cara, Carlota- dijo Ania.
-¡Qué va!- exclamó mi hermana con una sonrisa.
-¡Que no dice!. Si te pasas todo el día sonriendo- corroboré cogiendo mi copa llena de agua.
Las tres reímos y seguimos comiendo, hablando de nuestras cosas, sobre todo de la recién empezada relación entre Carlota y Carlos.

Una vez en el salón de Agua, decidimos sentarnos un rato en los sillones. Jorge decidió irse a dormir, algo que resultó muy raro, dado que siempre se quedaba con nosotros.
-Oye, ¿ha pasado algo estas vacaciones?- preguntó Ania viendo como Jorge abría la puerta del pasillo de las habitaciones de los chicos.
-¿Por qué lo preguntas?- preguntó Héctor a su vez.
-Porque Jorge se quedaba antes todas las noches con nosotros y hoy apenas nos ha dirigido la palabra a ninguno- respondió Ania.
-¡Si yo te contara!- exclamó Carlota mirandome.
-¡Cuenta!.
-Es muy tarde y mañana hay clases- dije antges de que mi hermana abriese la boca.
Y sin decir nada más, nos deseamos buenas noches y nos fuimos a dormir.
Estando en nuestra habitación, Ania preguntó de nuevo que qué pasaba con Jorge. Insistió tanto que tuve que contarle lo sucedido.
-¡Vaya tontería!. ¿Por eso no os habláis y él apenas nos habla a nosotros?
-Si, pero a mí no me parece una tontería- dije acomodandome en mi cama.
-Vale, pero eso de que os hayáis enfadado porque él ha ido al baile con otra chica y los piyases besandoses, es una tontería, Erica. Es mi opinión- contestó Ania metiendose en su cama.
Me encogí de hombros, les deseé buenas noches y cerré los ojos. Carlota apagó la luz que procedían de las antorchas de la habitación.
A la mañana siguiente, todos fueron prisas. Fuimos rápidamente nueva en nuestro departamento y llegamos con el tiempo justo a la clase de Pócimas, así que nos libramos de ser explusados por la profesora Ramos.
-Hoy vamos a empezar con el capitulo seis, titulado "Las pociones para dormir". Como veréis, Adolfo Ruiz dice que estas pociones son buenas para dormir a nuestros enemigos. Ahora quiero que os leáis este captulo y después, si queda tiempo, practicaremos alguna poción.
Y la clase se sumió en un silencio absoluto. La profesora se percató de que no había muchas ganas de hacer pócimas después de las vacaciones, por eso, dejó pasar el tiempo hasta el final de la clase. Pero, cinco minutos antes de terminar, el profesor Valverde entró en ella, llamando antes. Nos saludó a los alumnos y se dirigió a la profesora Ramos. Le dijo algo y nuestra profesora, asintió. Después, el profesor ser marchó.
-Escuchadme. El profesor Valverde me acaba de decir que esta tarde tenemos junta de profesorado, así que, tenéis la tarde libre.
La clase estalló en aplausos.
Como era la última clase antes del almuerzo, nos dirigimos hacia nuestro departamento, después de despedirnos de nuestra profesora y de salir del aula.
-¿Qué hacemos esta tarde?- preguntó Jorde que, ahora hablaba con todos menos conmigo.
-Podemos dar un paseo por el Jardín Encantado, eso sí, Carlos que esté lejos del límite del jardín.- dijo Carlota.
A todos nos pareció muy buena idea. Así que, después de almorzar, bajamos hacía el vestibulo, donde nos encontramos con Lyra, que aceptó venir con nosotros.
Mientras paseabamos por el jardín, escuchamos unos ruidos. Paramos y, de unos arbustos cercanos, salió una hermona muchacha. La reconocí de inmediato, era una ninfa. Era rubia, sus ojos eran de un azul muy claro y llevaba una hermosa tela, a modo de túnica, en color rosa palo. Nos miró a los ocho amigos y empezó a hablar:
-Me llamo Natasha y necesitamos vuestra ayuda, guardianes. La viuda negra nos tiene amenazadas a todas las ninfas. Nuestra jefa no puede combatir con ella, pues está herida después de pelear contra ella.
-¿Cómo os podemos ayudar?- preguntó Héctor.
-Sólo podéis matarla. Esa es la única opción y según nuestras mediciones, volverá a aparecer en mayo.
Luego, desapareció sin más.
Carlota echó a correr hacia el instituto, algo que ta me sacaba de quicio, pues echaba a correr sin decir nada. La seguimos hasta llegar a la biblioteca, donde se puso a dar ordenes como una loca:
-Erica, Ania y Jorge, poneos a buscar por la sección de animales. Pablo, Lyra y Héctor, ir a la sección de hechizos de fuerza oscura y tú, Carlos, conmigo.
Mi hermana y Carlos se dirigieron a la sección de hechizos raros. Cogieron todos los libros que pudieron y se pusieron en una mesa ellos dos solos. Héctor se dirigió, con unos libros en los brazos, hacia allí, pero lo cogí del hombro y negué con la cabeza. Nos sentamos cerca de ellos, pero en otra mesa.
-¿Qué es lo que te preocupa, Carlota?- oí preguntar Carlos a mi hermana gemela.
-No poder ayudar a las ninfas ni poder acabar con Anabella.
-Claro que podemos, somos un grupo, recuerdalo.
Carlota le sonrió y siguió buscando, como todos, hasta la hora de cenar. Subimos a Agua, pero antes nos despedimos de Lyra. En todos había un único pensamiento: Poder ayudar a las ninfas.

Por la mañana, nos despertamos un poco cansados y eso lo decía Ania mientras miraba su horario (igual para todos los de primer año deAgua), en el que se leía:
Martes- 1º Curso- Departamento Agua.
9.00- 10.00 : Levitación.
10.00- 12.00: Física Mágica.
12.00- 12.30: Descanso.
12.30- 13.30: Transfiguración.
13.30- 14.30: Almuerzo.
14.30- 16.00: Zoología mágica.
16.00- 18.00: Dibujo mágico.

-¡Dios, qué día nos espera!- dijo llegando al comedor de Agua.
-Yo no he podido pegar ojo, ¿y vosotros?- preguntó Héctor.
-Me parece que ninguno.- respondí mirando la cara de mis seis amigos.
-Una pregunta que me invade desde ayer, ¿las ninfas no van siempre detrás de los faunos?- preguntó Jorge mirando a todos, salvo a mí, como de costumbre.
-Yo también creía eso- respondió Pablo mientras entrabamos al comedor.
-Para que veaís que todo no es como lo pintan- dijo Carlota.
Mi hermana y yo nos miramos y esbozamos una sonrisa. Era nuestra costumbre desde que apareció aquella habitación el día uno de enero. La estancia era bastante grande, estaba pintada de azul, había cuadros de criaturas acuaticas y tres mesas: una para los alumnos de primero y segundo, otra para los de tercero y cuarto y, la última, para los de quinto.
-¿Sabeís?. Me encanta la desición de los directores- dijo Carlos poniendo sus brazos sobre los hombros de Carlota y míos.
Nosotras reímos y nos sentamos en nuestra mesa. Y, después del desayuno, bajamos para la primera clase del día: levitación
En aquella ocasión, la profesora Sáez, se limitó a decir que leyesemos el capitulo diez y que hicieramos los ejercicios. Después, salimos de esta clase y nos dirigimos hacía la clase de Física Mágica. Duraba dos horas, las cuales pasaban lentas, muy lentas...

El día para seis de los siete guardianes que perteneciamos a Agua, se nos hizo muy largo. Por eso, caímos rendidos en los sofás y sillones de nuestro departamento cuando acabamos las clases. Estuvimos así hasta la hora de la cena, haciendo deberes y estudiando.
-En cuanto cene, me acuesto- informé conteniendo un bostezo mientras me sentaba en la mesa para cenar.
-Yo estoy contigo- dijo Ania y mi hermana asintió dandole la razón.
Y, efectivamente, una vez cenamos, las tres chicas nos fuimos a dormir, aunque Carlos, Héctor y Pablo, no tardaron mucho en hacerlo. De lo que haría Jorge, no tengo ni idea.
Lo que no nos imaginabamos, o no esperabamos, era que, todavía quedaban varias pruebas que superar.
Una de ellas sería muy pronto, y uno de nosotros, resultaría herido...

No hay comentarios:

Publicar un comentario