Comenta lo que te parece cada capitulo en Twitter, sólo tienes que poner #losochoguardianes y dejar tu comentario. ¡Lo esperamos!

viernes, 25 de noviembre de 2011

Capitulo 10: Navidad (Erica)

Llegó el día veintitrés de diciembre y los nervios, después de ver los anuncios de los bailes de nochebuena, navidad y nochevieja, se hacían evidentes. Estos anuncios habían aparecido en la puerta de todos los departamentos el día veintiuno y, desde ese día, los nervios se extendieron por toda la escuela.
-¡Todavía no sé que ponerme para el primer baile!- decía una chica del departamento Aire a la hora del desayuno.
-¡Vaya tragedia!- dije y, Carlota y yo, reímos.
Aquel día podíamos ir al Centro Mágico para hacer las compras de última hora.
-¿Vosotras no vais?- preguntó Jorge viendo como su hermana Belén y varias amigas se marchaban del salón de Agua.
-¿Para qué?. Nosotras ya tenemos nuestros vestidos. Mamá nos lo envió hace un mes- contestó Carlota, que estaba enfrascada en una partida de parchís mágico con Carlos- ¡Ja!. Te maté- exclamó cuando su ficha mandó a la salida a la de Carlos.
-Mamá es muy precavida, aunque debo de reconocer que tiene muy bien gusto- dije mientras leía una revista.
Héctor jugaba con Jorge a las cartas. Carlos parecía algo enfadado, porque mi hermana le iba ganando:
-Que mal perder tienes- le decía ella cuando, por sexta vez, su ficha se comía a la de nuestro amigo.
-Es que siempre me ganas, ¿ves?-le contestó viendo que, la ficha de Carlota, llegaba a la meta.
-Cuestión de suerte, sólo eso- dijo mi hermana sonriendo.
Desde que pasó lo de Carlos, cuatro días antes, estaban algo más unidos. Una alegría para mi hermana gemela, por lo que sentía hacía él.
Se lo dije a ella, camino del dormitorio:
-Vaya días que lleváis Carlos y tú.
-¿Por qué lo dices?
-Por que pasáis mucho tiempo juntos.
-Erica, tú sabes que sólo somos amigos- contestó abriendo la puerta de nuestro dormitorio.
-Amigos, aunque tú quisiera otra cosa con él- dije con una sonrisa burlona.
-Anda que si alguien te escuchara...
-Pensaría que estás loca por ese chaval.
Mi hermana me dio por imposible. Me sacó la lengua y salió de la habitación para bajar a cenar.
Mientras cenábamos, vimos a Roberto. Carlos sugirió que lo siguiésemos para averiguar qué hacía en Link, pero mi hermana se escandalizó, aunque después cedió.
Estando ya en el salón de Agua, Carlota decidió irse a dormir. Carlos la siguió y, en la puerta de nuestro dormitorio, la detuvo:
-Carlota...
-¡Carlos!, ¿qué haces aquí?
-Pues... bueno, yo... me preguntaba si querías venir conmigo al baile mañana.
-Esto... vale.
-Pues... buenas noches- dijo Carlos y le dio un beso en la mejilla, lo que provocó que mi hermana se pusiera como un tomate.
Entró en nuestro dormitorio mientras Carlos volvía al salón. Yo entré en mi habitación varios segundos después. Lo había visto y oído todo, pero quería que ella me lo contase.
-¿Qué te ha dicho Carlos?, ¿te ha pedido que vayas con él al baile?
Carlota asintió y yo hice un gesto de triunfo.
-Sabía que venía a eso.
-¿Y con quién vas tú, lista?
-Con Héctor, aunque me gustaría ir con Jorge...- dije poniéndome el pijama y solté un suspiro.
-Me gustaría saber con quién va Susana...
-Con un trol- dije y eso provocó que mi hermana se riese.
Después de aquello, nos acostamos.

El día amaneció soleado. Después de desayunar, Carlota, Jorge, Héctor, Carlos y yo decidimos dar una vuelta por el Centro Mágico. Había bastantes alumnos allí pasando el día. Sobre la hora del almuerzo, me asaltó una duda: ¿con quién iría Jorge esta noche al baile?
Pedíamos el almuerzo en un restaurante del Centro Mágico, cuando Jorge preguntó:
-¿Sabéis con quién va Susana al baile?
-Espera, que lo adivino... ¿con un trol?- dije pinchando un trozo de carne.
-No creo. Va con ese chico rubio de Tierra, que se llama...
-Diego Valdés- terminó Héctor.
-¡Ah, si! ¿Ese es el que habla mucho con Blanca y con ella?. Pues es ideal para Susana, pero ¿por qué no habrá elegido a otro?- pregunté.
-Porque fue él quien se lo pidió- contestó Jorge.
-Bueno, Jorge, ¿y con quién vas tú?- le preguntó Carlos.
-Voy con... con Patricia Vásquez.
-Esa chica morena, de ojos verdes y guapísima de tercero de Aire, ¿verdad?- preguntó Héctor.
Carlota y yo miramos a Jorge. Sabíamos de la reputación de esa chica y, desde luego, no era precisamente buena. Tenía fama de ligarse a todos los chicos, ya fueran mayores o menores que ella, que le gustasen. Casi todos los chicos de la escuela estaban locos por ella. Carlos era el único que parecía compartir nuestra opinión, ya que dijo:
-No sé como se os cae la baba con esa tía, si utiliza a los chicos a su antojo.
-Oye, que fue ella quien me lo pidió, no yo- dijo Jorge algo enfadado.
-¡Basta!. No nos peleemos. Que cada uno vaya con quien quiera y venga, vamos para el instituto, que se está haciendo tarde.
Obedecimos a mi hermana y fuimos hacía el colegio. En el umbral del portal, nos encontramos con Susana , que le decía a sus amigas:
-Chicas, os tengo que dejar. Ha venido el peluquero de mamá para peinarme...
-¿No me digáis que no sabe peinarse sola?- nos susurró Carlos a Carlota y a mí, cuando pasamos por el lado de Susana.
Ambas hermanas nos reímos.
Al llegar a Agua, cada uno fuimos a vestirnos para el baile. Mi hermana Carlota se puso un bonito vestido palabra de honor en color fucsia y yo, un vestido en color azul de corte helénico y de una sola manga. Una vez que estuvimos preparadas, fuimos al salón, donde nos esperaban Carlos, Héctor y Jorge.
-Estáis muy guapas- se animó a decir Héctor.
-Gracias- contestó Carlota mirando de reojo a Carlos, pero retiró la mirada en cuanto éste habló:
-Vamos para el baile, ¿no?. Que hay una dama esperando a este señor.
-Muy gracioso por tu parte, Carlos- dijo Jorge levantándose del sofá.
Pasó por mi lado y me susurró muy bajo:
-Vas preciosa, serás la más bonita de todo el baile.
Me limité a sonreír, pues me había sonrojado.
Casi llegando al salón de actos, nos encontramos con Susana, Blanca y sus respectivas parejas. La primera se volvió hacía nosotros, cuando la uno de sus amigos le dijo algo. Llevaba un bonito vestido rojo que, quedaría mejor si no lo llevara ella.
-Pero, ¿qué veo?. Carlota con el pelo suelto y sin esas coletas de siempre...
No dijo nada más, porque aparecieron las profesoras Smith y Marqués.
-Vamos, no os quedéis ahí, ¡entrad!.
Mi hermana y Susana, se echaron una última mirada y entramos en el salón de actos. Menos mal que iba del brazo de Héctor, que si no...
-Un día de estos, la mato, ¡LA MATO!. No entiendo como una persona puede cambiar tanto por mediación de otra- dijo Carlota.
-Tranquila, son cosas de la gente que no madura- dijo Jorge, mientras una chica, con un precioso vestido estampado, se le acercó- Bueno, os tengo que dejar. Os veo después.
-¡Que pena que Ania, Lyra y Pablo no estén aquí!- exclamé dirigiéndome hacia la derecha y seguida por mi gemela, Carlos y Héctor.
A los pocos segundos, llegaron el director y la directora:
-Queridos alumnos, como todos los años, inauguramos las fiestas navideñas con el baile de Nochebuena. Quiero recordarles a los nuevos alumnos que, mañana y el día treinta y uno, también hay bailes. Recordaros también, que la entrada al instituto está a vuestra disposición. Ahora aparecerán, a ambos lados del salón, mesas con comidas. Así que, ya no os lío más, todo el mundo a disfrutar- cogió a su esposa, fueron hacía el centro y chasqueó los dedos. La música empezó a sonar y ellos, a bailar.
Varios profesores, les siguieron y, después, los alumnos.
Carlos se giró hacia Carlota, extendió su mano derecha hacia ella y le preguntó:
-¿Bailas?
Ella asintió y cogió su mano. La llevó hacia la improvisada pista de baile y empezaron a bailar. Héctor siguió el ejemplo conmigo.
Mientras bailábamos, le pregunté a mi amigo:
-¿Dónde has aprendido a bailar tan bien?
-No es muy difícil. La verdad es que mis padres saben bailar y algo se me ha quedado de tanto verlos- contestó.
Sonreí como respuesta y le dije:
-¿Has visto que buena pareja hacen Carlos y Carlota?
-Si que hacen buena pareja- dijo el chico mirando a mi hermana y a nuestro amigo.
Cuando terminó aquella canción, mi amigo y yo salimos de la pista de baile y nos sentamos en una mesa para beber algo. Carlos nos vio y nos siguió.
-¡Uf!. Hace calor...- dijo y cogió un vaso para beber un poco.
-Vaya calor- dijo mi hermana mientras se sentaba a mi lado. Carlos le dio un vaso con zumo de fresas- Gracias.
Ambos se sonrieron y yo miré a Héctor arqueando las cejas. Éste se encogió de hombros y sonrió.

El baile continuó hasta altas horas de la madrugada, pero Carlota, Héctor, Carlos y yo nos fuimos antes. Durante el baile, apenas vi a Jorge y cuando lo veía, sentía un pinchazo en el estomago.
De camino a nuestro departamento, Carlota se quitó los zapatos; Carlos, se aflojó la corbata; Héctor, se quitó la chaqueta y, yo, me recogí el pelo en una coleta.
-¡Estoy molida!. En cuanto llegue al departamento, me voy a dormir- dijo mi gemela.
-Creo que eso lo vamos hacer todos- dijo Héctor.
Y, exactamente, eso hicimos cuando llegamos a Agua.
Caí rendida en mi cama. Fue cerrar los ojos y quedarme profundamente dormida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario